Repercusiones del desarrollo tecnológico en el sector ferroviario

Los sistemas ferroviarios de la mayoría de los países se establecieron hace más de cien años, cuando la competencia con otros medios de transporte terrestre casi no existía.

La industria ferroviaria se consideraba la columna vertebral de la infraestructura terrestre. Conectar las zonas rurales y urbanas o el interior del país con la costa se volvió importante para el desarrollo industrial y las empresas ferroviarias nacionales se convirtieron en grandes empleadores que proporcionaba puestos de trabajo estables. El tren era también punta de lanza de innovaciones tecnológicas, sobre todo la tecnología a vapor, mecánica y electromecánica.

Con la expansión del automóvil privado y el desarrollo de la industria aeronáutica, el tren fue perdiendo importancia gradualmente como sistema de transporte terrestre, sobre todo de pasajeros. Muchos servicios se volvieron deficitarios y bien se mantuvieron gracias a las subvenciones públicas o fueron clausurados. Se redujeron las inversiones en infraestructura y material rodante. Como consecuencia, los sistemas ferroviaros quedaron rezagados frente al transporte por carretera en cuanto a costes y eficiencia. Sin embargo, la tecnología siguió desarrollándose: por ejemplo, se introdujeron las locomotoras diesel y eléctricas que sustituyeron al vapor.

Durante los años sesenta y setenta se introdujeron nuevas tecnologías que permitieron ahorrar costos y mejorar la eficiencia del transporte ferroviario. Por ejemplo, los sistemas de Control de Tráfico Centralizado (CTC), que facilitaron el control remoto de los sistemas de señalización o los pasos a nivel automatizados. Esto supuso una reducción sustancial de la mano de obra necesaria para las tareas de seguridad en las estaciones y a lo largo de las vías a la que los sindicatos tuvieron que hacer frente.

Con la introducción de la informática y el uso de Internet a partir de los noventa, se dio otro salto en el nivel de automatización, como venta y validación de boletos automatizada, que ocasionó una gran reducción del personal de ventas y personal de abordo. Los sistemas automatizados de inspección de vías sustituyeron a los antiguos sistemas de control manual. El diagnóstico por ordenador para el mantenimiento del material rodante, reduce el mantenimiento periódico y minimiza la mano de obra.

La estandarización del material rodante y de otros equipos ferroviarios ha tenido un impacto significativo en la mano de obra. Grandes multinacionales como Bombardier, Siemens, Alstom, Hitachi, General Motors, General Electric, Daewo e Hyunday fabrican equipamientos ferroviarios que exportan a todo el mundo. Las grandes empresas chinas hacen cola para penetrar en el mercado internacional, algo que muchas han logrado ya. Antes, muchos de estos equipos los fabricaban las filiales de las empresas ferroviarias nacionales, pero el desarrollo de las nuevas tecnologías, que requieren conocimientos técnicos punteros, sustanciosos recursos y una producción a gran escala, impulsó este cambio. Estas compañías suelen incluir en sus contratos la explotación y el mantenimiento de los subsistemas fabricados. Ello implica la subcontratación de trabajos antes realizados por la empresa ferroviaria nacional. También es importante el afán de lucro en sí: en muchos casos, los tratados de libre mercado imposibilitan que las compañías ferroviarias realicen pedidos directamente a empresas de propiedad nacional, ni siquiera a sus propias filiales.

El transporte ferroviario se está expandiendo en todo el mundo, por razones de eficiencia (congestión de las carreteras) y medioambientales. Esto nos lleva a creer que el modelo basado en el ahorro de costos se afianzará más aún. A esto hay que añadir la tendencia a la privatización y su énfasis en los beneficios.

Desde el punto de vista técnico, el siguiente paso será la introducción del Sistema Europeo de Gestión del Tráfico Ferroviario (ERTMS) http://www.ertms.net/?page_id=57  o sistemas similares. Este sistema totalmente informatizado comunica el centro de control y los ordenadores del tren mediante una moderna tecnología de telecomunicaciones. No precisa sistema de señalización externa y los cantones pueden adaptarse en función de los parámetros de velocidad y frenado de cada tren. Este sistema ya está implantado en los países con líneas de alta velocidad. El principal obstáculo parecen ser sus altos costes de implementación, que la tecnología queda desfasada cuando llega a introducirse y el problema de la estandarización entre los diferentes proveedores de software y de sensores.

Los trenes sin maquinista requieren por lo general de 3 sistemas técnicos fundamentales estrechamente ligados y conectados entre sí:
•    Control técnico de la locomotora (energía, sistemas de frenado)
•    Transmisión desde los sistemas de señalización autorizando la entrada a las secciones de tramo
•    Transmisión desde los detectores situados en los laterales de las vías avisando de irregularidades que pueden afectar a los trenes, como vehículos en los pasos a nivel.

Además, se introducirá un requisito práctico para acceder al tren con el fin de facilitar ayuda externa en caso de avería técnica o de accidente. Como consecuencia de todos estos requisitos, los trenes sin maquinista generalmente son incorporados a sistemas ferroviarios cerrados como el metro, pero también se pueden incorporar a líneas de alta velocidad construidas recientemente con un entorno fácilmente controlado.

La empresa minera australiana Río Tinto ha introducido trenes de carga sin maquinista en las líneas que unen sus minas con el puerto. En la actualidad (2018) estos trenes circulan automáticamente alrededor de la mitad del tiempo, con supervisores de maquinistas a bordo. La compañía espera que estén completamente automatizados a finales de este año. Se trata de reacondicionar un sistema viejo para operar sin conductor.

Los sindicatos deben ser conscientes de que la tecnología informática avanzada puede hacer más flexible y eficiente la planificación de las operaciones, lo que conllevará una demanda de una mano de obra más flexible y más contratos a tiempo parcial o a cero horas. En cualquier caso, este tipo de tecnología implica una intensificación del trabajo. Hay otras tecnologías que intensifican el trabajo como las que permiten una mayor vigilancia de los trabajadores a través del GPS, o el uso de indicadores biométricos o programas que permiten determinar los tiempos de respuesta a determinadas tareas. Muchos de ellos pueden ser introducidos mediante teléfonos los móviles o tabletas de los trabajadores.

El cambio tecnológico implica un cambio en las cualificaciones necesarias para que los trabajadores realicen su trabajo. Muchas empresas parecen utilizar el cambio tecnológico como excusa para reducir los niveles de formación y ahorrar costes; pero no se necesitan menos cualificaciones, sino diferentes.

A menudo, los cambio se están introduciendo con la excusa del desarrollo tecnológico. Por ejemplo, se intenta sustituir a los trabajadores por máquinas en las tareas de servicio a los pasajeros. Ya se han implantado en los trenes de pasajeros que circulan sin personal a bordo y los puntos de ayuda automatizados en las estaciones, que han eliminado al personal de la estación. Pero los sistemas técnicos no pueden reemplazar a los seres humanos, sobre todo en situaciones de emergencia. Los pasajeros deben recibir apoyo de profesionales en persona. Este tipo de cambios sólo ocurren para ahorrar costes a expensas de los pasajeros.

En muchos países, los ferrocarriles nacionales constan de partes que se encuentran en etapas de desarrollo muy diferentes.  A menudo se debe a que la modernización requiere grandes inversiones; las nuevas soluciones se introducen gradualmente y durante un cierto período de tiempo. Esto ofrece a los sindicatos la oportunidad de negociar acuerdos provisionales para reducir el impacto para la mano de obra.

La pérdida de puestos de trabajo a causa de la introducción de nuevas tecnologías nunca dejará de ser una preocupación en países con excedente de mano de obra, como es el caso de la India. Cuando los puestos de trabajo de naturaleza precaria aumentan, es muy importante que los sindicatos sean conscientes de cómo pueden afectar las nuevas tecnologías al empleo de los trabajadores y trabajadoras en todo el país.